El martes por la tarde, Ray Balberan, documentalista veterano y sanfranciscano de toda la vida, estaba organizando algunos de sus 300 cortometrajes sobre violencia policial y gentrificación, un proyecto de archivo en el que lleva trabajando cerca de cinco años.
Al mismo tiempo, Debra Koffler, directora de documentales independientes y educadora de arte, conducía a San Francisco desde Los Ángeles.
Ambos se reunirán en el Teatro Roxie el 27 de enero, para sumarse a la artista Vero Majano y a la cineasta Loriz “Ginger” Godines, en el estreno de “Mission Love”, una película en la que los cuatro llevan trabajando desde el 2020.
“Mission Love” se compone de cuatro cortometrajes que muestran en gran parte escenas sociales del barrio en los años setenta: protestas de la época de Vietnam, montajes de lugares emblemáticos de la Misión, luchas por programas multimedia para jóvenes. La colección se centra especialmente en los intentos de los años 70, “cuando los jóvenes luchaban de verdad por hacerse oír y contar su propia historia”, explica Koffler, algo que puede resultar incomprensible para un público moderno y experto en tecnología.
“Hoy en día, puede ser difícil que las personas jóvenes lo entiendan, porque tienes la tecnología al alcance de la mano”, dijo Koffler, de 54 años, fundador de la organización sin fines de lucro Conscious Youth Media Crew, que forma a jóvenes en producción multimedia. “Tienes TikTok e Instagram, y puedes hablar directamente a tu teléfono y luego subirlo, y el mundo puede verlo”.
“Mission Love”, tiene una duración de 69 minutos, comienza con “The Family”, un corto de 12 minutos que Balberan rodó centrándose en lo que ocurre en la mesa de su propia cocina: Familiares perforando la oreja de un bebé; madres y tías bañando y dando de comer a los niños; mujeres sentadas alrededor de la mesa, contando historias sobre la brutalidad policial.
“Quería mostrar cómo eran las familias en la Misión”, dice Balberan, conocido como “Tío Ray” en el barrio. “Todo tendría que empezar en esa cocina”.
Majano, uno de los cineastas, se siente muy identificado con esas escenas de cocina. Después de que su pareja diera a luz a su hijo, que ahora tiene seis meses, volvieron a casa del hospital para ver a sus familias. “Estábamos todos en la cocina, con el bebé en brazos y hablando de las experiencias de la gente al tener bebés”, mencionó Majano. “Me hizo pensar totalmente en esa escena de la película”.
“Todo ocurre en la cocina. Deberíamos llamar a esta película ‘La cocina'”, dice el narrador de “The family”, refiriéndose al título de la película.
Después de la “The Family” le sigue un montaje de 4 minutos que muestra la vida en las calles de la Misión en los años 70, incluyendo lugares tan conocidos como el parte Dolores, Mission High School, La Palma Mexicatessen y New Mission Market.
“Es como una mezcla de citas”, dice Manajo. “Simplemente, pone a la gente de buen humor, en el plan, te la vas a pasar bien con estas películas”.
“Back on the Streets”, el tercer corto de la lista, dura 36 minutos y resume las volátiles revoluciones sociales de los años 70 a través de la lente del barrio. Retrata cómo los jóvenes soldados que regresaban de la guerra de Vietnam se encontraron con comunidades más conflictivas: Protestas contra la brutalidad policial y a favor de la libertad de expresión, los derechos humanos y el empleo juvenil.
El cortometraje termina con el poeta nicaragüense Roberto Vargas leyendo su poema “Échale la culpa a los rojos”, una pieza en conmemoración de Vincent Gutiérrez, un joven latino de 18 años muy querido por el vecindario y asesinado por la policía en la calle 24. El poema condena la actitud “aquí no pasa nada” del gobierno.
El último corto, “Mission Coalition Organization Demonstration and Press Conference”, dura 17 minutos y muestra una protesta contra la repentina cancelación del programa “Mission and 24th Street”, un programa de formación cinematográfica y televisiva organizada por KQED en 1970 que se canceló repentinamente después de tres años.
Balberan recuerda cómo Mission Mediarts fue la primera organización comunitaria en asociarse con KQED, introduciendo la idea de un programa multimedia en el barrio. A pesar de su valor, el programa fue cancelado, por lo que Balberan lo calificó de censura.
“No podíamos tener acceso ni libertad de expresión”, dijo Balberan. “No podíamos tener el control artístico de nuestro trabajo”. Dijo que apreciaba a KQED por crear la oportunidad de hacer películas, “pero acabaron con nuestro contrato, y ese fue el final de mi carrera cinematográfica”.
“Gente como Ray estaba a la vanguardia de esta época en la que decían: ‘Queremos nuestros propios programas, queremos nuestras propias exposiciones, queremos diversidad en las radios'”, añade Koffler, que afirma que “Mission Love” es también un proyecto para celebrar a Balberan y su trabajo como cineasta, y para digitalizar su colección de películas de 16 milímetros. Este año cumple 80 años.
“Siempre ha habido una especie de estira y afloja en todo el movimiento por una mayor diversidad en los medios de comunicación”, dijo Koffler. “Y lo que Ray y Mission Mediarts estaban haciendo en ese momento era realmente integral, en términos de revolucionar”.
“Creo que es un buen momento para proyectar estas películas, por ejemplo, que hay cosas bonitas en esta ciudad”, añadió Majano. “Ya sabes, siempre hay trabajo por hacer”.
La proyección comenzará a las 4:15 de la tarde del sábado 27 de enero en el Teatro Roxie, en la calle 16 #3117. Tras la película, de 69 minutos de duración, se llevará a cabo un coloquio con los directores. Las entradas cuestan $15 dólares. Las entradas con descuento para socios tiene un precio de $10 dólares cada una.